Mauro
Hoy te he visto en Facebook. No te agregué como amigo aunque me hubiera encantado, pero no fue tu perfil el que encontré. Te vi porque Carola puso unas fotos tuyas. Muy guapo salís. Y muy joven. No has envejecido y no envejecerás ya, sueño anhelado de tantos. Como hacia rato que no te veía ni en fotos, me estremecí, se me pusieron los pelos de punta, se me cortó la respiración. Como si hubiera visto un fantasma. Se me llenaron los ojos de lágrimas y noté lo injusta que puede ser la vida: vos por allá de parranda y uno por aquí lidiando con esta jodida vida. Pero Mauro, aunque estés pasando bueno, me gustaría que estuvieras aquí, que no te hubieras ido. Y creo que vos mismo preferirías estar puteando aquí a todo el mundo que gozando en el más allá, en el más acá o donde sea que estés. A lo mejor estás ahora aquí a mi lado riéndote de mí, viendo las maricadas que estoy escribiendo. A lo mejor solo estás en los recuerdos de los que te conocimos. A lo mejor no hay más allá, ni más acá, solo vos lo sabés y te envidio un poco por eso.
Yo sé Mauro que no fuimos los mejores amigos y menos en los últimos meses. Que no nos hablábamos ya como cuando nos veíamos a diario en el trabajo (muchos años ya de eso). Pero también sé que cuando llegué a la Bella Villa fuiste mi parcero y pasamos hasta bueno. Aunque fuéramos como el agua y el aceite. Pero te aprendí a querer. Aprendí a admirar tu loca visión de este mundo, a reconocer la inteligencia prodigiosa de tu mente inquieta. Entendí con vos que el mundo es para vivirlo intensamente hoy porque mañana que diablos. Aprendí de vos que la máxima debe ser “comamos y bebamos que mañana moriremos” aunque nunca te haya oído esa frase. Y sí que lo aprendí de veras, porque en un gesto sublime que no esperaba de vos, viviste (y moriste) según esa sentencia.
La vida es frágil. Hoy estamos aquí y mañana nos matan en un centro comercial (como aquella negra noche en El Tesoro, ¿te acordás?). O salimos a la calle y una bala perdida nos elige. O estamos en la ducha y el corazón se detiene. O nos tomamos todas las pepas para dormir porque la vida es una mierda. Mil formas hay para morirse. Porque para eso nacemos, no se trata de más. Ah bueno, sí, también se trata de ser feliz en el ínterin, como bien vos lo demostraste.
Un cosa más, una perturbadora reflexión mía que nace de todo esto y es que ahí te tengo todavía en el MSN. ¿Qué hago con tu contacto? ¿por qué no lo he borrado aún? Ya no tengo tu número en el celular porque necesitaba espacio. Creo que ahí te quedarás en el MSN, a lo mejor un día de estos se te ocurre matarme del susto y te conectás. Y cuando yo también me vaya, ¿que harán con mi contacto mis amigos? ¿Con el link de mi blog? ¿con mi sitio en facebook? ¿Mis amigos entrarán y me dejarán mensajes en el wall? ¿Mi perfil se quedará allí un buen tiempo hasta que los de facebook decidan sacarme por ausencia prolongada? ¿Qué pasará con mi correo de yahoo que se ha convertido con el tiempo en un “querido diario” porque todo lo que a uno le pasa (o casi todo) va quedando allí ? Ya nadie entrará a leerlo. Antes los familiares hurgaban en el cajón del difunto para ver que encontraban ahí dentro, que secretos guardaba. Ahora no lo veo tan fácil.
Pero bueno Mauro, yo sé que mis pensamientos grises a vos no te importan y te entiendo, yo quería era escribir de vos, que pena el desvío. Te dejo pues antes de que te aburrás y me bostecés como hacias a veces cuando yo hablaba de mis cursilerías románticas. Y recuerda que me quedaste debiendo un almuerzo, luego te lo cobro.
Un saludito, un recuerdito de por la fría y hermosa sabana.
PS: Anoche ganó Millonarios !