viernes, febrero 17, 2006

Frases imperdibles de Brokeback Mountain

Siguiendo con el tema del último post, mi amigo Superchatarra extrajo algunas de las mejores frases de la película. Me parece una excelente recopilación:

"Has hablado más ahora que en las últimas dos semanas", "Es más de lo que he hablado en todo el año"; "Un Pentecostés... no sé. No sé lo que es un Pentecostés. Mi madre nunca me lo explicó. Supongo que es que cuando se acabe el mundo la gente como tú y yo iremos al infierno"; "Lo de anoche no va a volver a pasar", "Nadie tiene que saberlo", "Yo no soy marica", "Yo tampoco"; "¿Vendrás de nuevo el verano próximo?"; "¿Ennis, conoces a alguien que se llame Jack?"; "Maldito Jack Twist"; "Jack y yo nos iremos a las montañas unos días. Iremos a pescar"; "¿Que tal si tú y yo tuviéramos un pequeño rancho en algún sitio... un sitio donde estar juntos? Sería una buena vida"; "Si estamos uno cerca del otro y esto vuelve a pasarnos... en el lugar equivocado y en el momento equivocado... nos matarán"; "Si no tiene arreglo, Jack, hay que aguantarse", "¿Durante cuanto tiempo?", "Mientras podamos soportarlo"; "Basta, viejo hijo de puta. Esta es mi casa, ése es mi hijo y ustedes son mis invitados. Siéntese y coma antes de que le patee el culo"; "Jack Twist... ¡Jack Asqueroso! ¡Ustedes no iban a pescar! Iban a...", "Escúchame, Alma, no sabes nada de eso"; "¿Alguna vez has sentido... no sé... cuando estás en el pueblo que alguien te mira sospechosamente... como si lo supiera? ¿No te da la impresión a veces de que todo el pueblo te mira y lo sabe?", "Quizás deberías irte de allí"; "¿Qué opinas? ¿Crees que tu padre sentaría cabeza?", "No lo sé. Quizás no es el tipo de hombres que se quiera casar"; "La verdad es que.... a veces te echo tanto de menos que no puedo soportarlo"; "Pudimos tener una buena vida juntos. Una jodida vida, buena de verdad. Tener un sitio nuestro. ¡Pero tú no quisiste, Ennis! Y ahora lo único que nos queda es Brokeback Mountain. ¡Todo está construido sobre eso! No tenemos nada más, ¡nada más!"; "No puedo ni explicarle lo mal que me siento. Lo conocía desde hace mucho tiempo"; "Jack, te juro....".

miércoles, febrero 15, 2006

Brokeback Mountain



De vez en cuando, al cine llegan historias que estremecen. Cuando la pantalla se pone negra y aparecen los créditos uno sabe que acaba de ver una historia única que ya no podrá olvidar. Ocurre así con Brokeback Mountain. Cuando acabó la película me quedé hundido en la silla, los ojos húmedos, abrumado por la historia, presumiendo el doloroso final de Ennis del Mar, solitario y anciano, en ese remolque olvidado en medio de la nada, carcomido por los recuerdos (seguramente muy pocos serían felices), muriendo amargamente cada día, tratando de encontrar un juramento que hacerle a Jack (“pero Jack nunca le había pedido que jurara nada, ni era él mismo dado a jurar” dice la historia original de Annie Proulx ). La película había terminado pero todo seguía retumbando en mi cabeza, aun días después, demostrando el tremendo poder que puede tener el cine.
Ennis es infeliz porque estaba incapacitado para elegir cualquier otro destino. Es verdad que podía enamorarse de Jack, pero no podía llevar su amor hasta las últimas consecuencias. ¿O si podía? Enfrascado en un medio social hostil, marcado por la visión de un episodio increíblemente violento en su niñez, era incapaz de aceptar las peticiones de Jack para que vivieran juntos. En este sentido Ennis representa la culpa, la negación, la infelicidad producto de una vida no elegida (o elegida solo porque así nos dicen todos que se debe vivir). Jack, siempre más dispuesto, siempre deseando vivir a plenitud su amor, representa la esperanza, la lucha por ser feliz, pese a que por inercia él mismo haya aceptado las reglas que nos quieren imponer. Era un trasgresor. El fatal desenlace resulta entonces inevitable. Violento final que recuerda una tragedia shakesperiana.
Pese a todo, de una u otra forma entendemos las elecciones de Ennis, aunque su vida representa justamente lo que no queremos sufrir quienes hemos elegido vivir según nuestra propia conciencia, guiados por la esperanza de una vida satisfactoria y justa, dispuestos, como Jack, a aceptar que sí es posible elegir amor y felicidad, aunque nos cueste.
Sin duda la avalancha de comentarios que se han hecho sobre la película es una oportunidad para hacer estas historias visibles, porque aun hoy, en pleno siglo XXI, tragedias como la de estos dos hombres ocurren por todo el mundo. Al menos en Occidente, las grandes ciudades son hoy más liberales (aunque no siempre más justas) y tal vez por ello, quienes vivimos en ellas, olvidamos que hay muchos parajes similares a Wyoming a lo largo del mundo y que en algunos lugares todavía se ahorca a los amantes que desafían las reglas naturales, salvaje contradicción, pues no hay nada más natural que el amor, aunque sea expresado por dos hombres adultos. Brokeback Mountain nos dice que en muchos casos dos hombres solo pueden conocer el amor si están alejados del mundo, ajenos a todo, sintiéndose dueños de un paraje igual de grande a su pasión. Una tormenta que se aproxima a la montaña es la causa del fin de sus mejores días, premonición oscura de lo que ocurrirá cuando bajen de nuevo al mundo.