miércoles, diciembre 27, 2006

Declaraciones antes de fin de año

Durante lo que va de las vacaciones, solemnemente declaro:

- Que la paella es deliciosa
- Que me encanta reunir a mis amigos en mi casa para celebrar la navidad así sea una noche antes de Nochebuena
- Y que esa celebración suele ser más divertida que las que se hacen en mi casa
- Que el alcohol ya no me respeta, así que deberé empezar a alejarme de él
- Que la Peroni es muy buena cerveza
- Que Avianca se ha vuelto una aerolínea de primera
- Que me encanta ser VIP en Avianca y que me da pesar que el próximo año ya no lo seguiré siendo
- Que no puedo dormir en los aviones
- Que la comida de avión es cada vez peor
- Que odio que el compañero de silla de un viaje no responda con cordialidad a un saludo amable
- Que un viaje nocturno esté lleno de niños llorosos que no dejen dormir (aunque uno realmente no duerma nada) es una pesadilla
- Que el JFK es un aeropuerto impresionante y bello
- Que en inmigración en USA uno siempre se siente como un delincuente, no hay derecho !
- Que los policias gringos no son todos divinos, pero el 80% sí !
- Que uno no deja de sorprenderse de que alquilar un carro en USA sea tan fácil como alquilar un disfraz en Colombia
- Que me encanta ver el mar y conducir al lado del mar porque "Bogotá no tiene mar, pero tiene ciclovia" y a los bogotanos siempre nos sorprenderá el poder del océano
- Que el mar frio es un mar triste, bellamente triste
- Que adoro Brooklyn con su barrio judio, su barrio ruso, su barrio italiano y la calle donde viven mis padres, que queda justo en el medio de todos esos micro-países.
- Que me encanta llegar a casa, abrazar a todos, sentirme en mi hogar: "home, what I want is go home" (Coldplay)
- Que mi sobrino está casi tan alto como yo aunque solo tenga 12 y que seguramente será un hombronón altisimo
- Que mi hermano está cada día más alto y más guapo
- Que mi madre es cada vez más dulce y tierna y que me gustaría heredar algo de eso
- Que mi padre me quiere montones aunque no me lo diga y que yo tampoco le digo mucho cuanto lo quiero
- Que mi hermana es una de las personas que más me conoce en la vida
- Que mis primos, en cambio, son cada vez más desconocidos para mi
- Que el invierno de este año es el más suave en el que he estado por estas tierras y aunque me gusta mucho extraño un poco ver las calles blancas
- Que el acento de NY me gusta mucho, aunque no siempre lo entienda
- Que NY es la ciudad por antonomasia; la más imponente; la más viva; la más bella; la más diversa; la más noctámbula; la más ruidosa; la más noble; la más ruda; la más acogedora; "la más"
- Que me encanta estar aquí, en New York, sabiendo que mucho de lo que más quiero en la vida está aquí conmigo, en esta ciudad maravillosa. Y que tengo tres semanas por delante !!

lunes, diciembre 11, 2006

Lo mejor del año (II)

Siguiendo con lo mejor del año que se nos va, mis últimas categorias:

Churro del año

1. Cristiano Ronaldo (habrán notado que soy gran fan, pero estarán de acuerdo conmigo que no tiene igual)



2. Jonathan Rhys Meyers (el protagonista de Match Point está como quiere. A propósito, Match Point es también una excelente película que he debido poner entre las mejores)



3. Brandon Routh (¡este Superman es todo un super hombre!)



4. Jake Gyllenhaal (churro vaquero, quiero uno igual! Brokeback Mountain no hubiera sido lo mismo sin tí y Heath)




Mujerón del año

1. Scarlett Johansson (¡que mujer! y hace muy buena pareja con su co-estrella de Match Point)



2. Angelina Jolie (no hay mucho que agregar de esta diva de Hollywood que además goza de Brad todas las noches, qué envidia)



3. Mi amiga Aleja (porque es una de mis personas favoritas y según ella, la cosa es mutua)




Foto del Año

Zidane le da la espalda a la Copa...



La pareja del año

El extraño amor que estos dos se profesan no tiene igual ¡Alejo y Daniel, por favor se me casan !!
Y claro, espero ser el padrino...





Salida de Closet del Año

El Doctor Doogie Howser (recuerdan que llevaba un diario en un computador de caracteres verdes y pantalla negra?? sin duda el bloggero más famoso de los ochenta), según me dicen, ya había insinuado que era gay, pero la verdad es que ¡yo hasta ahora me entero !!! En fín, Neil Patrick Harris ha salido del closet y lo ha hecho con bastante naturalidad, bien por él. Se suma a otros ilustres actores que han decidido declarar sin problemas su condición, entre ellos mi admirado Ian Mackellen





Hasta aquí esta selección trivial (muy a lo E! canal del que mucho me quejo pero que a veces veo a escondidas de mi propia conciencia). Sin duda habrán más cosas que rescatar de este año en muchas otras categorías (por ejemplo, video, programa de tv, extreme makeover, etc). En lo que queda del mes cada períodico, revista y programa de farándula hará su propia selección. Por lo pronto yo ya hice la mía y me quedo muy contento.

Quienes me lo han solicitado, tienen mi total permiso para hacer su propia selección!

* * *

Apunte final 1: esperaba poder decirlo, pero no estoy seguro de que vaya a ocurrir, y declarar como noticia del año a la aprobación de la ley de Protección Social para parejas del mismo sexo pero dudo que sea aprobada antes del receso del Congreso. Tal y como se pronosticó, todos los congresistas estuvieron hablando de para-política. Quien sabe, todavia puede ser aprobada, hagan chulito para ver si terminamos el año con un motivo más para celebrar. De lo contrario, habrá que esperar a la próxima legislatura.

Apunte final 2: me iré de vacaciones el próximo 23 pero seguiré publicando aquí de vez en cuando: voy a hacer el diario de mi viaje que será sobretodo un viaje personal e íntimo donde espero dar un paso grande de mi vida y matar algunos demonios que me persiguen. Ya os contaré.

martes, diciembre 05, 2006

Lo mejor del año (I)

Un post sin calorias, ligero y de fácil digestión, porque ultimamente he sido demasiado trascendental, político y filosófico y a mi también me gustan las banalidades y las notas de farándula. Sí, yo sé, apenas empieza diciembre, pero para mi reloj biológico, emocional, sentimental, cerebral, etc., etc., el año se acabó. Un año que se pasó volando (cliché que se oye mucho por estos días), pero es que, carajos, el 2006 ¡si que voló! El tiempo es relativo y su apreciación depende por lo tanto del observador. Seguro que para aquellos que viven debajo de un puente el año ha debido ser largísimo, lo mismo que para don Uribe II (léase Uribe Segundo), a quien estos últimos seis meses han debido pasar en cámara lenta.

Pues sí, ya lo dije y lo repito: se acabó el año y quiero por lo tanto hacer las siguientes nominaciones a lo mejor de estos últimos meses. Por supuesto, todo son apreciaciones personales, aclaro que no soy experto en ninguna de las categorías que enumero y que muchos posibles nominados se quedarán por fuera. La lista no es exhaustiva y yo sé que a todos se les ocurrirán muchísimas otras alternativas. Es posible que durante diciembre para algunas categorias surjan nuevos nominados que merezcan estar en esta lista, pero me arriesgo por ahora. Espero sus votos en los comentarios.

NOTA: Para cada categoría, pondré a mi nominación favorita como número uno.

Película del año:

1. Brokeback Mountain
2. Volver
3. C.R.A.Z.Y
4. Los Infiltrados (The Departed)


Libro del año:

1. Armas, gérmenes y acero – Jared Diamond
2. Melodrama – Jorge Franco
3. El olvido que seremos – Hector Abad
4. The God Delusion – Richard Dawkins

Album del año:

1. Confessions on a Dance Floor - Madonna (aunque haya salido en noviembre del 2005)
2. Corinne Bailey Rae - Corinne Bailey Rae
3. Ahí Vamos – Gustavo Cerati
4. Meds – Placebo


Canción del año (pa’ bailar):

1. Hung Up – Madonna
2. Hips don’t lie - Shakira
3. Atrévete - Calle 13
4. World, Hold On – Bob Sinclair


Canción del año (pa’oir):

1. Like Star - Corinne Bailey Rae
2. Crimen – Cerati
3. Crazy – Gnarls Barkley
4. Evil – Interpol
5. Killing me Softly – Omara Portuondo (cuyo apellido además me encanta)


Restaurante del año:

1. Minimal - Chapinero Alto (Gayhills)
2. Sofia - Zona G
3. La Juguetería - La Macarena
4. Zhang - Usaquén
5. Nuquí - Medellín, El Poblado


Bar del año:

1. Pravda, en la T, por que sus martinis son los mejores de Bogotá
2. Socorro!, en la Macarena, porque realmente es otra cosa
3. Kyoto, en Chapinero, por la buena compañía de la única noche que he ido
4. Mink, en la T, hay que ir temprano porque se llena, buenos martinis


* * *

Las siguientes son categorias más personales:

Fiesta del año:

1. La fiesta ochentera (30 de María y Tere)



2. El cumple de Alejo (incluye Sangay en Cha-cha)
3. La parranda vallenata (30 de Andrés)



4. Despedida de soltera de Andrea

Acontecimiento social del año:

1. Matrimonio de Andrea



2. Matrimonio de Cati



3. Matrimonio de Luisa


* * *

En la categoría blog, hago las siguientes menciones:

Blog del año:

Porque me mata de la risa y su castellano ibérico me encanta: El diario de Ann O'Nadada

Post del año (de los bloggers que más leo) :

A riesgo de dejar por fuera a otros bloggers que tienen estilo y sigo con mucha atención, cito y recomiendo los siguientes posts sin ningún orden en particular (perdonen desde ya las omisiones):

Rabia y Profundo Dolor de El Joker (porque la historia del paraguas no tiene igual)

20 lesbianas en 20 iglesias de Joey (aunque su Decepcionario, que desde el título ya es original, también me gustó mucho)

Historia para el Joker de Ricardo Parra (el día cambia para bien luego de leer esta historia)

GGF (Gordito, Gay y Feliz)
de MiloGasa (difícil escoger solo un post entre los muchos y muy buenos que publicó Milo)

El aroma ferozmente sexual de tu cuerpo de JavierRodrigo (poema erótico cargado de palabras combinadas)

* * *
Y paro aquí porque es la media noche ! Esperen la segunda entrega...

martes, noviembre 28, 2006

Pobres vejetes

Anoche vi en Televisión Española un impactante documental sobre personas mayores en ese país que viven solas, relegadas y olvidadas por el mundo. Muchos malviven con una escasa pensión, sin parientes, sin afectos, sin nadie con quien compartir su agobiante rutina. Compartían además una característica que completaba el cuadro y ampliaba su tragedia: todos eran homosexuales. Me destrozó el alma ver sus lágrimas, sus pensamientos grises, las injusticias que soportaban día a día. Todos tenían la vida rota. Veían con cierto recelo la vida abierta de los jóvenes españoles gay de la actualidad, que pasan sus días sin reservas ni prevenciones, en una España liberal que nada tiene que ver con la que estos viejos tuvieron que vivir en su juventud. Sienten que les han robado la vida, que han sido discriminados toda la vida: por homosexuales primero y ahora por viejos; sienten que nadie los quiere. Estos viejos olvidados tuvieron que sufrir una férrea dictadura y el rechazo social, no habían vivido nunca fuera del closet (de hecho "Salir del closet a los 60" era el nombre del documental) y por lo tanto siempre habían estado socialmente ocultos. Ahora muchos habían terminado por ser olvidados por sus familiares o ya no les quedaba nadie vivo que les hiciera al menos una visita de consuelo. Solo les quedaban fotos, añoranzas y pesares. No había nietos, sobrinos ni nada por el estilo que los ligara al mundo. Que dolor.

Sus relatos eran durísimos y venían acompañados de lágrimas: una señora lesbiana lloraba ante la cámara y decía que no era feliz, que le hubiera gustado encontrar a alguien para acompañar sus últimos días, que no quería llegar a los ochenta. Un señor que casi vivía como mendigo, olvidado en el cuarto de un apestoso inquilinato, se quejaba de que no tenía nada ni nadie y de que en sus días de juventud todo ocurría a las escondidas, demostrar afecto con otro hombre podía significar la cárcel. Y mientras cuenta aquello con un acento a veces indescifrable, se ven imágenes de los jóvenes gay de Madrid en estos días, reunidos en una plaza de Chueca, abrazándose, besándose, viviendo despreocupadamente la vida. El viejo lloriquea y dice que quisiera ser joven de nuevo, vivir la vida con esa plenitud que le fue negada. Otro anciano, que al juzgar por sus ropas no pasa las angustias del anterior, le enseña a la cámara las esquinas donde puede encontrar un prostituto si lo requiere. Dice que es lo único a lo que puede acceder si necesita afecto. El amor ya no vendrá por él, aunque aún sueña con encontrar “su media naranja” y al decirlo sonríe con picardía. Dice que el ocultamiento y la negación le impidieron echar raices y tener una pareja estable. El viejo, claro está, ya no hace levante.

Me quedé pensando el resto de la noche en qué pasaría conmigo cuando llegara a esa edad. Sin lugar a dudas es un miedo que muchos de nosotros hemos sentido y que tenemos que aprender a dominar. Hace parte del proceso de salir del closet. Entender que las probabilidades de terminar los días solo y olvidado son mayores para nosotros que para el resto de la población es difícil y sin duda una de las partes más difíciles de aceptar. No hay más remedio que enfrentarse a esa realidad. Persiste en todo caso, el hecho de que nosotros los gay somos quienes más rechazamos a los viejos homosexuales. Para nosotros, ser gay implica ser joven y atractivo. Las palabras “gay” y “viejo” son palabras que no van juntas, pero “vejete” y “marica” las combinamos sin esfuerzo. Los “vejetes” nos repelen, los evitamos, son el espejo donde no queremos vernos. “Yo no quiero llegar a ser así” decimos cuando algún viejito se nos acerca en un bar o en la calle e intenta ser “amigable”. ¡Pues ya veremos qué dicen los años! Esa discriminación es un contrasentido, se volverá rabiosa contra nosotros.

Cuando yo sea viejo ¿Estaré solo y abandonado? ¿Pasaré mis tardes viendo como los jóvenes viven su vida sin aprehensiones? ¿Renegaré al ver a una pareja de hombres jovenes salir casados de una notaría o una iglesia, mientras sus padres y madres, hermanos, sobrinos, primos, tíos, abuelos y amigos les festejan con una lluvia de arroz? Me preguntaré con frustración “¿Por qué a mi no me pasó eso?”. "La vida es ahora", dicen los comerciales de Visa y no hay nada más cierto. Por lo mismo tengo que aceptar la idea de que esas cosas a mí no me pasarán mientras sea joven y tendré que aprender a vivir sin rencores. Aunque quien sabe, ¡a lo mejor en cinco años nos aprueban el matrimonio! Soñar no cuesta nada.

Los viejos del documental hablan de las bodas entre homosexuales que ahora tienen lugar y se sorprenden de cuanto han cambiado las cosas. Pero no se alegran. Piensan solamente que para ellos es demasiado tarde. Y no paran de hablar de los jóvenes de hoy. No pueden evitar sentirse marginados por aquellos de su propia clase (y de todos los rechazos que soportan ése es talvez el que más les duele). No dejan de preguntarse porqué los gay de hoy viven la vida sin detenerse a pensar que otros lucharon duro para que ellos pudieran salir a la calle y llevar de la mano a su pareja. Ingratitud es lo que sienten esos ancianos. Para ellos hubo cárcel y reproches. Para los jóvenes españoles de hoy, brindis, fiesta, abrazos públicos y celebraciones. Ahora los jóvenes tendrán mayores oportunidades de envejecer acompañados por sus sobrinos, sus hermanos y también por aquellos hijos que hayan podido adoptar, así como por sus nietos. Tendrán las mismas oportunidades que el resto de la humanidad de tener una vejez feliz, aunque así como ocurre con los heterosexuales, nada de eso esté asegurado. Puede que finalmente terminen sus días solos y olvidados, pero al menos les quedará el consuelo de que la sociedad quiso ser más justa con ellos.

Y en nuestro país ¿en qué época vivimos? ¿Nos quejaremos cuando, olvidados en un cuarto solitario, veamos el festejo de la boda en el edificio de enfrente, los novios radiantes, los suegros felices por sus hijos, la mesa llena de regalos? En el estado actual de las cosas, es muy posible. Ciertamente Gayhills no es Chueca, aunque algunos quieran pretender que sí lo es. Y además, Bogotá no es Colombia entera, algo que se nos olvida muy seguido a quienes vivimos en esta ciudad. Sí, hemos avanzado, ya no nos encarcelan, ya hay personas que nos aceptan, otros defienden nuestros derechos en el Congreso. Pero aún estamos iniciando el camino y el trecho que hemos recorrido no es suficiente. La ley todavía nos desampara por completo y no tenemos ninguna oportunidad. Todavía tenemos grandes posibilidades de terminar nuestra vejez solos y de ser protagonistas en un documental del futuro sucesor de Pirry, donde se muestren nuestras desgracias y miserias, mientras los más jóvenes, al vernos en la pantalla piensen, “pobrecitos vejetes maricas"

* * *

Apunte final 1: he agregado "Thorin" al "Escudo de Roble" porque no quiero que se piense que un escudo me precede y también porque a veces cuando se referían a mí y escribían "Escudo" me costaba trabajo entender que era yo. Sin duda muchos de ustedes ya sabrán quién es Thorin, Escudo de Roble. Y sino, vayan el omniscente google!


Apunte final 2: el fin de semana vi una película excelente de la que pienso hablar después. Es CRAZY, una maravillosa historia en la que todos podemos vernos reflejados porque para los gay las historias de nuestra infancia y juventud siempre se parecen. Además tiene una música buenísima. Recomendada a ojo cerrado.

martes, noviembre 21, 2006

Nosotros, el fútbol y los genes

No se desanimen, no voy a hablar exclusivamente de temas futboleros, pero tengo que empezar por allí para hilvanar las ideas de las que quiero hablar en esta ocasión. Todo empezó el pasado domingo cuando Millonarios ganó un épico partido contra el Medellín. Sufrí lo indecible y la emoción no fue gratuita: Ciciliano, un volante azul, terminó tapando porque el arquero principal se lesionó (Henao) y el arquero de reemplazo (Cuadrado) fue expulsado. Estos hechos de por sí extraordinarios, dieron paso a lo inimaginable cuando el improvisado arquero Ciciliano, a seis minutos del final, logró atajar un tiro penal que hubiera significado el empate del DIM y por lo tanto la pérdida de dos valiosos puntos para Millonarios como local. Ciciliano se convirtio en héroe. En mi casa todo era júbilo como si se hubiera conseguido la anhelada estrella, esquiva ya por 18 años.

Como ven, a mi me gusta el fútbol. Y es que un partido futbolístico, cuando bueno, puede brindarnos exultantes momentos de gloria y victoria o también terribles momentos de derrota y dolor. Nada más parecido a una novela épica que un partido de fútbol bien jugado y con ingredientes dramáticos. La final de la Copa Mundo de este año pasará a la historia, no como la mejor futbolísticamente hablando, sino como una de las más intensas y emocionantes pues se convirtió en toda una telenovela de casi tres horas de duración, en donde nada faltó: Zidane (el héroe de la novela) marcó el primer gol del encuentro y Materazzi (el némesis italiano), hizo lo propio a los pocos minutos. El clímax llegó con la defenestración y humillación de Zidane, que salió expulsado en el último partido de su vida por cuenta de un cabezazo a Materazzi, con quien estuvo en permanente duelo durante todo el encuentro. A partir de la expulsión del capitán todo fue ruina para Francia (la dama herida y dolida) que finalmente fue derrotada, como si Sófocles hubiera escrito el libreto. Si yo iba por Francia y sufrí montones, no me imagino como debieron de llorar los galos su derrota, aunque bueno, llorar es un decir, porque los franceses son demasiado orgullosos como para llorar por esas cosas, aunque les duela en el alma. Reconfortaba en todo caso las escenas que nos regalaron los jugadores italianos, que se abrazaban tiernamente para darse apoyo y vencer el nerviosísmo durante el cobro de los tiros penales con los que se definió el partido. Bocatto di Cardinale. Yo definitivamente, al contrario de un heterosexual, puedo disfrutar el fútbol desde muchas y variadas facetas.

En mi casa, desde siempre, se ha cultivado un amor apasionado por el equipo blanco y azul capitalino. Sin embargo mi relación con el fútbol es de simple espectador. Una cosa es ver un partido de fútbol como el de Francia e Italia en una final de la Copa Mundo, seguir a Millos en las semifinales del campeonato nacional, o ver a la sufrida Selección Nacional defendiendo el mancillado orgullo patrio, desde el sofá de mi casa o desde una butaca del Campín (aunque hace años no voy por allá) y cosa muy distinta que me ponga los guayos y me vaya al parque más cercano a jugar un picadito con mis amigos. Desde el colegio no juego un partido de fútbol y no era por entonces el más entusiasta de los niños cuando tenía que jugar al deporte rey. De hecho, conozco poquísimos gay a los que les guste ver o jugar al fútbol, muy pocos. Fervientes hinchas gay de millonarios no abundan y solo logro acordame de mi amigo Mauricio, que en vida no tuvo nada más seguro en su corazón (ay Mauro, últimamente me acuerdo mucho de ti, dos años hace ya que te nos fuiste, otro día te escribo algo aquí, prometido).

La mayor parte de nosotros no nos sentimos atraídos por los deportes en equipo y este es uno de los grandes misterios de nuestra naturaleza. Ojo: digo “deportes en equipo” porque si contamos a quienes juegan tenis, nadan, montan bicicleta o simplemente hacen spinning o levantan pesas en el gimnasio, las cifras son más generosas. Sin embargo, la realidad es que en otras disciplinas somos más bien pocos y yo no dejo de preguntarme por qué.

Creo que puden haber varias razones:

1. Los deportes en equipo nos traen pésimos recuerdos de la infancia, cuando jugar fútbol era cosa de machos y por lo tanto era casi obligatorio demostrar que uno, era sin serlo, el duro, el hijo de papá.
2. Muchos de nosotros no fuimos los mejores atletas y teníamos dos pies izquierdos para jugar. Por lo tanto nuestras debilidades se exponían más en un juego en equipo, además de que había que soportar las burlas de los otros (y peor aún: el escarnio en el recreo o la clase de educación física, al ser pedidos de último durante la conformación de los equipos, la más elocuente muestra de la crueldad infantil). Por lo tanto, practicar deportes de otra índole nos daba mayor seguridad y nos era (es) más grato.
3. El contacto físico y la rudeza que exige un deporte como el fútbol nos desagrada y por lo tanto lo evitamos.
4. Algo en nuestro cerebro nos programó para evitar el fútbol y deportes similares.

La razón número uno no convence porque al fin y al cabo es una consecuencia de nuestra animadversión genética a los deportes en equipo, así que la descarto. Digo genética porque creo que nacimos con ella, o al menos yo sí. Recuerdo bastante bien la primera vez que me enfrenté a la decisión de si jugar fútbol u otra cosa. Tendría cuatro años y con mis primos jugábamos en la calle algo parecido a las escondidas cuando un niño vecino nos invitó a jugar fútbol. Yo me negué porque me pareció jartísimo y nada divertido. Todo en mi se negó a participar. Por el contrario, mis primos, para mi sorpresa, salieron corriendo felices a pegarle a la pelota. A partir de allí muchas veces tuve que pegarle yo también porque no tenía nada mejor que hacer o porque en el colegio era una obligación. Nunca fui un crack ni nada parecido, pero al menos me defendía aunque nunca lo consideré “una delicia”.

Volvamos a las hipótesis que planteé, considero que las explicaciones 2 y 3 se pueden incluir en la número 4: todo está en el cerebro. Hablé ya de genética y este es el punto a donde quería llegar. No soy biólogo, pero creo que ser gay implica muchas veces (y no digo siempre porque generalizar es equivocado) cierto desdén hacia los deportes en equipo. Si de deportes se trata, creo que algo en nuestro cerebro no funciona de la misma manera que en los hombres heterosexuales. Nos parecemos más en este sentido a las mujeres, que de niñas tampoco son muy amigas de este tipo de actividades o al menos no en nuestra cultura. Y he aquí lo que considero que lo explica: siempre he pensado que la preferencia sexual reside en los genes y que por lo tanto, debe existir una razón para que una característica de este tipo se haya heredado desde el principio de los tiempos, ya que según los postulados de la teoría evolutiva, si algún cambio en el ADN es bueno para la especie, éste se transmitirá en los genes a las siguientes generaciones. De tanto leer del tema y discernir sobre él, tengo una teoría que si bien no puedo probar, me parece valedera y procedo a explicarla:

Me imagino que talvez, durante los primeros tiempos de nuestra especie, cuando había que conseguir alimento, los machos heterosexuales se iban de caza. Consideremos esta actividad un deporte en equipo ya que tiene todos los elementos: es un juego colectivo, requiere estrategia, fuerza y destreza, y hay un objetivo claro que se debe alcanzar por todo el equipo jugando en conjunto. Los aguerridos machos no querían dejar solas a sus parejas y vástagos durante los días o semanas que duraba la faena (dar de baja a un mastodonte no se puede hacer en un sólo día de 8 a 5) ¿Quienes se quedaban entonces con la manada? Adivinaron: los machos homosexuales, quienes serían indiferentes o incluso reacios ante la idea de irse de caza (es decir, no sentían emoción alguna en participar en el juego colectivo que ello implicaba), estarían en capacidad de cuidar a las hembras ante los peligros que los rondaban (bueno, reconozco que si el homosexual de la manda se trataba de una locaza de aquellas, no sería muy útil en caso de que apareciera un tigre dientes de sable); y además (y esta es la mejor parte) no estarían para nada interesados en aprovecharse de la ausencia de los consortes para aparearse con las hembras (supongo que desde entonces surgió la legendaria amistad entre mujeres y gays). Los machos heterosexuales, por lo tanto, se iban tranquilos y felices a cazar un alce o mastodonte o lo que fuera que capturaran por aquellos lejanos días. Al menos el 10% de los machos se quedaría con el resto de la manada cuando fuera necesario. Ahora bien, supongo que algunos pocos machos homosexuales, amantes de la cacería y actividades similares, partirían junto a los demás, aunque esto sería la excepción. ¿Y las lesbianas? preguntarán algunos. Bueno, supongo que de alguna manera ellas también encajan, aunque haya que caer en los clichés (perdonarán ellas): mujeres seguras y capaces de enfrentar una manada de lobos son muy útiles en ausencia de los machos. Sin duda tal juego de roles y comportamientos era bueno para la especie y su perduración, lo que aportaba grandes beneficios que se heredarían a la siguiente generación. Si alguien está pensando que según todo esto nuestro papel se reduciría al de ser simples cuidanderos mantenidos, se debe pensar que esa calificación es banal en el mundo natural y corresponde solamente a una observación antropocentrista. La naturaleza no hace esos juicios de valor, simplemente promueve todo lo que le es conveniente. En la naturaleza ningún mamifero es un mantenido per se.

Este altruismo en el comportamiento de los gay tiene soporte. Como referí en otro post, dentro de los navajo y otras culturas los padres de un niño homosexual lo consideraban un ser sagrado y se sentían bendecidos ya que su presencia sería un alivio durante la vejez y una ayuda invaluable para criar a la demás descendencia. Inteligentes los navajo.

Por generaciones el poco gusto por los deportes colectivos se ha transmitido entre los homosexuales. Es cierto que hay deportistas gay en todas las disciplinas, pero en general, muchos de nosotros tiene animadversión hacia muchos deportes y por lo tanto hacia ESPN, canal por donde jamás pasan (me consta que algunos han borrado éste y canales similares de la programación de sus televisores) a menos que estén transmitiendo una competencia de clavados olímpicos, lucha libre o gimnasia en aros. La liga española, que mis primos siguen con devoción, solo me interesa durante los instantes en que hay un primer plano sobre Beckam o alguno de los muchos churros que salen por allí.

Conclusión: algo va de la “futbolfobia” a nuestros orígenes, dos cosas que a simple vista parecieran no tener nada que ver. Ojalá los expertos y estudiosos confirmen alguna vez si mi idea tiene asidero o estoy imaginando disparates (que también). Pero eso sí, me alejo por completo de las teorías que indican una causa meramente ambientalista para la homosexualidad, porque me parece que no explican la mayor parte de los casos. Ya veremos que pasa en el mundo de la ciencia, últimamente muy interesado en estos temas. Por lo pronto y volviendo a lo del fútbol, seguiré a Millos domingo a domingo porque este año, ¡es el año!



¿Y tú te hubieras quedado cuidando a las hembras y los retoños de la manada mientras este macho se iba de caza?


viernes, noviembre 17, 2006

Dorian Gray, Sean Connery y un pollo de 19

El domingo vino a mi casa un muchacho modelo 87. Todos los que estábamos aquí en improvisada reunión dominguera hicimos plop. Mis amigos rondan la treintena por arriba o por abajo y alguien nacido en años que nos suenan tan recientes siempre causa sorpresa, sobretodo cuando se cae en cuenta que uno ya iniciaba la pubertad cuando el muchachito en mención apenas era un recién nacido. Mi hermano menor, a quién yo cargué y hasta cambié el pañal tiene más o menos la misma edad, válgame.

Recordé entonces lo que fue mi vida cuando tenía 19. Era definitivamente otra persona aunque eso sí, era la persona que tenía que ser a esa edad. Tenía tantas cosas en la cabeza, tantos sueños, tantas inseguridades, tantos deseos. La verdad es que no me debo quejar de mi vida ni de lo que he hecho con ella. De poco me arrepiento y no digo que de nada porque aquel que no se arrepiente de alguna cosa no ha vivido lo suficiente o no ha vivido con intensidad. He ido tomando el control de mi vida, cumpliendo mis sueños, demoliendo mis inseguridades. Creo que me parezco a lo que quería ser cuando tenía 19, aunque todavía tenga muchas cosas por cumplirme. Hay algo sin embargo que me persigue desde mi loca juventud que parece no madurar. Siempre he sido consciente de ello aunque últimamente se me ha hecho más evidente y que curiosamente afloró en mí la semana pasada en un hotel de Medellín.

Era de mañana y me estaba haciendo el nudo de la corbata. Me quedé contemplando mi imagen en el espejo, algo completamente normal (a veces los gay pasamos demasiado tiempo mirando nuestra imagen) sólo que esta vez fue un momento revelador: me quede mirándome a los ojos por algún tiempo, hasta que solté una risa. Continué luego con un escrutinio de mi cara (observando las imperfecciones de la piel, los contornos del rostro, el tamaño de la nariz, el color de mis ojos) casi como quien mira a un extraño (¿les ha pasado algo así antes, mirarse al espejo y ver esa imagen como si fuera ajena, como si se miraran desde adentro y no se reconocieran?). Al terminar la diligente inspección, y luego de notar que llegaría tarde al trabajo, concluí lo que ya sabía: mi imagen no se corresponde con la idea que tengo de mí mismo, sencillamente porque el espejo me dice que me veo mucho menor de lo que dice mi certificado de nacimiento y que sin corbata me veo como alguien que no llega al cuarto de siglo, cuando la realidad es que ya ando por los treinta y uno. Y la corbata no me suma muchos más años, hay que decirlo. En este mundo donde la juventud es un valor buscando con ansia entre cremas y menjurjes varios, yo no siempre soy feliz con mi jovial imagen, menuda contradicción. No puedo decir en todo caso que “siempre” me moleste, al contrario, me gusta cuando me piden la cédula a la entrada de un bar o el ver la cara de sorpresa de la gente cuando les revelo mi edad. Sin embargo, es un arma de doble filo: mis contemporáneos al verme no me toman en serio a primera vista, y los menores, cuando saben las primaveras que he visto, toman distancia. En mi trabajo donde la experiencia cuenta, los clientes que me ven por primera vez se sienten un poco intranquilos hasta cuando notan que sé de lo que hablo. Recuerdo que cuando tenía 25 (supongo que por entonces delataba menos de veinte) tuve una reunión muy importante con funcionarios de un prestigioso organismo internacional. Todos esperaban al consultor que venía a ayudarles a resolver sus múltiples problemas y en cambio llegué yo. Es decir, yo estaba capacitado para hacer mi trabajo, pero la sorpresa fue general. “He’s a boy!” exclamó al fin uno de ellos rompiendo el silencio general de la sala, como aquel niño del cuento que se atrevió a gritar en medio del desfile que el emperador estaba desnudo. Solo después de muchas horas de trabajo con ellos me gané su confianza.

Al parecer nadie esta contento del todo con su imagen. Todos quisieran un poquito menos o un poquito más de cualquier cosa: en el pecho, en las piernas, en los brazos, en el abdomen, por doquier. Como ya dije, no es que yo quiera que los años se me noten. Pero me doy cuenta de que el rostro dice mucho y el mío a veces se presta a engaños. Por ahora he decidido mostrarlo con alegría, porque tengo el presentimiento de que un buen día los años finalmente me van a alcanzar y cual versión criolla de Dorian Gray, mi imagen en el espejo reflejará finalmente mi edad, mientras que mi mente será de nuevo la de un niño grande, un abuelo senil. La vida tiene ironías así y a mi me encantan las ironías.

De todo esto se desprende una pregunta a manera de corolario: ¿los preferimos mayores, menores, de nuestra misma edad o nos es indiferente? Personalmente siempre me había sentido atraído hacia las personas menores que yo, aunque eso sí, mayores de veinte, pero eso ha venido cambiando con el paso de los años. Ahora me interesan más las personas de mi edad o donde la diferencia de edades (mental y cronológica) no se note mucho. Hay que decir sin embargo que conozco gente de veinte que mentalmente puede tener treinta y gente de treinta que no ha salido de la adolescencia, así que la simple edad no es garantía de nada. Por ahora no me he sentido realmente atraído por alguien mucho mayor que yo, ni siquiera los viejitos “lindos” que siempre salen a colación en estos temas, como Pierce Brosnan (que para mi ya es muy maduro) o Sean Connery (que eso sí, cuando joven era un churro).

Yo sé que existen personas a las que les encantan los más pollos, otros se mueren por los más maduritos. Hay de todo, como en botica. Creo que aunque me sigan gustando jovencitos, la verdad es que ahora sé que lo que busco de una pareja lo puedo encontrar más fácilmente en personas de mi edad o similares. Mi abuela tenía dos dichos: “El que se acuesta con niños amanece mojado” y “las edades se buscan”. ¿Será que tenía razón mi sabia abuela? Dicho de otra forma: ¿La diferencia de edad importa? Yo creo que en general sí. No me veo saliendo con alguien de 19 o de 40 porque creo que tendríamos poco en común, aunque eso mismo a veces sea una ventaja, pero claro, con los hombres nunca se sabe nada, no se puede hablar en términos absolutos, a lo mejor a la vuelta de un mes termino enamorado de mi vecino, un viejito setentón que fuma pipa y me mira con ensoñación, pero a quien nunca le he dirigido la palabra más allá del necesario “buenos días”. Debería charlar con él, tal vez se asombre al saber que no soy tan joven como piensa, auque a su edad, alguien de 25 o 31, viene a ser lo mismo.


* * *
Apunte final 1: en MovieCity están dando la comedia romántica "Prime", donde la casi cuarentona Uma Thurman se enamora del churrísimo Bryan Greenberg de 23. La pobre Uma sufre un montón tratando de disfrutar un romance que no parece ir a ninguna parte. Me identifico totalmente con el drama de la pobre. No es una obre de arte, pero es entretenida y el churro enamora a cualquiera.

Apunte final 2: con tanto congresista temblando por sus vínculos paras todo el Congreso se quedará hablando de eso y me temo que la Ley de Protección Social para Parejas del mismo Sexo no verá la luz en esta legislatura. Sería sorprendente que supiéramos algo nuevo en estas últimas semanas del 2006. Habrá que esperar hasta el otro año.

Apunte final 3: el Sungay de Cha-cha es B U E N I S I M O. Y si el lunes siguiente es festivo es dos veces buenísimo. Este domingo 19 se repite la función.

Apunte final 4: dos artículos de la misma edición de Semana.com que me parecieron increíblemente dicientes: en el primero, aquí en Colombia, un pastor cristiano despistado y ofensivo hace lobby usando pornografía barata para hundir la ley de Protección Social para Parejas del mismo Sexo, mientras que en Alemania, el acalde de Berlín es abiertamente gay y posible candidato para reemplazar a doña Angela Merkel. Por eso es que nosotros estamos donde estamos y ellos donde están.

sábado, octubre 28, 2006

Remembranzas de Aburrá desde la Sabana

Nada sabía de ella. Nunca había estado allí. Cuando llegué, después de 8 horas por carretera desde Bogotá, lo primero que vi fue una avenida cargada de miles de jinetes. Llegué a Medellín un agosto y mi llegada coincidió con una Feria de las Flores. La visión de una avenida invadida de caballos y jinetes medio bebidos me dio la impresión de que acababa de llegar realmente a la Capital de la Montaña, ciudad de un país desconocido que aún montaba a caballo. Pronto alguien me sacó de mi estúpido error: era el día de la cabalgata, evento principal de la feria. Sin embargo, aún recuerdo muy bien mi llegada a Medellín, vía la Avenida Las Palmas, para encontrarme con la glorieta de San Diego invadida por caballistas. Sabría después que llegaba a una ciudad ajena, de belleza esquizofrénica , tranquila pero inquieta, que me acompañaría y me marcaría en adelante. Nada tienen que ver Medellín y Bogotá. Son ciudades lejanas, aunque solo estén separadas por 400 kilometros. Pero dos cordilleras se interponen y las distancian.

De muchas maneras los paisas han marcado muchos de los destinos de nuestro país desde su terruño, al que aman e idolatran como si fuera el ombligo del mundo. Razones les sobran para quererlo aunque también se exceden con frecuencia en la adoración visceral que le profesan. Es una ciudad que solo hasta hace poco empieza a recuperar una paz perdida durante muchos años. Dos carros-bomba y un atraco a mano armada (pistola puesta en la sien) vividos en carne propia me recordarán por siempre el sino trágico que han vivido. Y sin embargo, su reino es bello y verde. Medellín está rodeado de un verdor intenso que en las tardes brilla con desenfado desde las montañas. Y hermosas son esas montañas. Veeerde, veeerde, gritan ellas altivas.

En realidad yo no fui a vivir a Medellín. Sin saber bien lo que hacía, me fui a vivir a El Poblado, la zona rica y próspera de la ciudad. La zona de edificios espigados y casonas orgullosas, de lomas imposibles e inclinadas. Allí centré mi vida y desde allí salí a recorrer otros lugares aunque Medellín siempre me veló sus secretos íntimos, nunca descifré su verdad y siempre fue para mí una amante difícil. “No nos une el amor sino el espanto, será por eso que la quiero tanto” dijo Borges de Buenos Aires, y yo lo puedo decir de Medallo. Lo primero que noté fue su inclinación obstinada. No se puede recorrer Medellín a pie sin tener que remontar calles con pendientes imposibles, que a la luz de los días de 25 grados se vuelven insalvables. Extrañé muchas veces las calles planas y el clima perfecto de 18 grados de mi ciudad. Yo realmente creo que el clima diurno de Bogotá es el mejor del mundo, propicio para una caminata, un helado, un café caliente o un día de amores, usted escoja. Sin embargo, el clima nocturno de Medellín es el mejor del mundo porque prolonga la calidez del día sin desespero e invita, también, a una caminata, un helado, un café caliente o una noche de amores, escoja otra vez.

¿Hay alguien más amable que un paisa? Son gente calurosa y abierta, directa y franca, siempre cálida. Si no eres de allí te darán la bienvenida y te tratarán como a un rey (aunque a veces, las menos, te pueden hacer sentir como un invitado sin derechos y te recuerden que eres un rolo, moquete que detesto, o peor aún, que te digan que "vos no parecés rolo"). Hay algo en el ambiente de la ciudad que realmente invita a pasarla bien, el “nosequé” paisa lo llamo. La belleza y coquetería de muchas de sus mujeres no tiene par. Muchos hombres son bellos también, pero un poco hoscos e inelegantes. Nosotros los bogotanos, demasiado corteses y formales, siempre los veremos un poco campechanos (otro cliché), aunque eso mismo nos enamore. Y su acento sin par cautiva. Es delicioso oírlos hablar, sobretodo a los mayores, dueños de un tono embriagante, de eses sonoras, de un verbo rico y arcaico que estimula y prolonga una tarde pasada con aguardiente (que se bebe en toda ocasión aunque yo más de una copa no bebo por mi propia voluntad). Antes de ir allí, el acento paisa bajaba mis defensas. Ahora que he vivido allá estoy curado de espantos y sobrevivo sin dificultad a tales cantos de sirena. Cuando volví a Bogotá encontré que nuestros acentos capitalinos, porque en realidad hay muchos, son también sonoros y expresivos. Me encanta cierto acento bogotano que suena firme y seguro en el trato diario y tierno y dulce en la intimidad. Pero de eso no voy a hablar, le debo un escrito a mi ciudad, pero lo haré después.

Medellín ha sido durante muchos años una ciudad pujante, rica y organizada, ejemplo para todo el país. Sin embargo, no hay allí una calle que me estimule tanto como la Carrera Séptima bogotana (mucho extrañé a la Avenida Real durante mi ausencia) pero la Avenida Oriental y la zona que se extiende desde allí hacia los cerros me pareció siempre interesante. Es triste que no quede nada de la zona histórica de la ciudad, arrasada por una falsa idea de progreso. No hay pues un centro histórico como tal y solamente quedan ciertos edificios solemnes. Por ejemplo, cuando vaya a Medellín pásese por el Parque Berrío en el cruce de Palacé con Colombia, suba a la estación del Metro y admire el edificio Henry (de oculta belleza). Para una guía más extensa, mi amigo Milo le puede ayudar.

¿Y los inmortales (como los llamaría el Joker)? Para mi gusto creo que todavía muchos viven su vida en el closet. Sin embargo, partamos del hecho de que la gente gay, amigo mio, es igual en todos lados. Lo que los hace particulares es, observación inocua, que son… paisas, con todo lo que ello implica. Los he entendido y amado, admirado y censurado y aún hoy no puedo olvidar que parte de lo que soy se lo debo a ellos. No es cierto que todos son unos “hembros”, aunque muchos si son dueños de cierta virilidad muy sensual. En ciertas zonas de la ciudad se vive un ambiente abierto y liberal (porque hay que decirlo, el "que dirán" todavía vive muy orondo en la estrechez del Valle de Aburrá). Solo hay que caminar una noche por la Avenida Oriental, la zona de las Torres de Bomboná, la plaza de San Ignacio o el Parque de Itagüi para observar una ciudad amplia, diversa e incluyente, más abierta, menos ella misma, más ciudad. No hay un Gayhills ni una vida gay tan amplia como la de Bogotá y la verdad es que por mucho tiempo no hubo lugares buenos a donde ir. Pero eso sí, vaya donde vaya ¡se pasa muy bueno!

Mis años allí me marcaron. Llegué cuando tenía 24 y me fui a los 28, intensa etapa de la vida que ayudó a formar mi carácter. Ahora no soporto la enemistad inveterada entre paisas y bogotanos. No entiendo sus odios infundados, sus descalificaciones mutuas, sus ataques ridículos. Todo ello se basa en el desconocimiento y las ideas preconcebidas. Tonterías y simplezas. Cuando recibo visitas de mis amigos paisas o voy de viaje a Medellín, a la que por fortuna sigo ligado, me aburro montones siempre que empieza la consabida conversación sobre los “rolos” arribistas y los paisas montañeros. Ni lo uno ni lo otro. Arribistas y montañeros los hay por todos lados. Hace poco leí en un blog de eltiempo.com una serie de insultos que iban y venían a raíz de un diccionario de bogotanismos. Alguien, supuestamente un paisa (a quien delata su estilo y lenguaje), escribió sandeces contra los bogotanos. Quién dijo miedo. Los insultos devueltos no se hicieron esperar. Y qué decir de los blogs dedicados al Nacional y a Millonarios (mi Millos). Lo que debería ser algo centrado en lo deportivo da paso a una violencia verbal que asquea. Y hay otro blog que prefiero no enlazar porque sería hacerle apología a este odio, pero los que quieran, busquen también en eltiempo.com. En el mundo existen legendarias rivalidades entre ciudades de un mismo país. Los de Bostón y New York se hacen chistes crueles. Madrid y Barcelona se atacan sin piedad y lanzan de cuando en cuando campañas de desprestigio. Son rivalidades sanas en todo caso porque no esconden las neurosis enfermizas que aquí exhibimos. Entendamos que bogotanos y paisas hemos formado (en parte) este país, que solo hasta ahora empieza a reconocer su identidad nacional, refundida por siglos y encontrada solo hasta ahora gracias a fragilidades y banalidades pasajeras como el vallenato costeño, caderas que no mienten, gorditas pintadas, una camisa negra, una pequeñita que se llama Mariana. Esos odios estúpidos los deberíamos usar contra esos verdaderos enemigos, armados y traquetos que viven en las selvas de este país difuso e inacabado.
* * *
Nota final 1: muchas gracias a todos los que comentaron la historia del Viejo Señor Cohen. La verdad es que me estimulan y me honran sus amables comentarios. Uno escribe para ser leído y esa historia estuvo archivada mucho tiempo sin ser nunca mostrada, que bueno que se me ocurrió publicarla aquí. Mil gracias de nuevo.
Nota final 2: una bella aunque triste metáfora de Medellín y de Colombia toda se puede leer en el magnífico "Angosta" de Hector Abad Faciolince o en la literatura grandiosa y desgarrada de Fernando Vallejo.
Nota final 3: encontré en eltiempo.com un blog dirigido a las lesbianas. No lo he leído muy bien pero me parece interesante.
Nota final 4: siguiendo con eltiempo.com, ¿no les parece que el blogger, PinkSheep, quien nos representa allí escribe muy poco y que debería aprovechar mejor ese espacio? Y no hablo solo de cantidad...

viernes, octubre 20, 2006

El Viejo Señor Cohen

Esta historia la escribí hace ya algún tiempo. En ese entonces estaba haciendo mi postgrado y en mi salón había alguien que me llamaba mucho la atención, pero como a veces soy medio tímido no tenía ni idea de como acercármele. Le mandé por e-mail y de manera anónima esta historia, diciendo, cursi yo, que se la enviaba un admirador. Otro día contaré qué paso con él. Ahí les va...

* * *

El viejo señor Cohen

Para Andrés, a quien desde lejos admiro.

El viejo señor Cohen sale del moderno edificio, cubriéndose el rostro con su mano huesuda, enceguecido por la luz de la mañana. La sensación de tibieza del sol lo reconforta y el joven ayudante que lo acompaña le pasa unas gafas del sol, talvez demasiado modernas para su apariencia. Un vehículo los espera. Su joven ayudante le indica que suba en él y el viejo señor Cohen lo hace lentamente, todavía no muy acostumbrado a mover sus largas y delgadas piernas. El auto se pone en movimiento, avanzando con pereza entre el tráfico. Al tomar la calle F, el viejo señor Cohen se asombra de cuanto ha cambiado su antigua calle del paseo vespertino. La vieja escuela pública ha desaparecido. Una torre de concreto y vidrio se alza desafiante en su lugar. La estatua del prócer ha sido reemplazada por algo que parece ser una cabina telefónica. Los viejos cedros ya no están. El viejo señor Cohen se estremece cuando el vehículo toma la Avenida Rosales y se aproxima a su mansión. Siente su corazón galopar más rápido y un escalofrío le recorre el cuerpo. Ahí está su antigua casa, tal como la dejó, aunque el vecindario es ahora tan diferente que casi no puede reconocerlo. Lentamente se abren las verjas de hierro. El jardín parece intacto, pero un vistazo rápido sobre el raquítico durazno le hace notar que Santias, el papagayo, ya no está. El ayudante baja del vehículo apresurado y abre la gigante puerta de la casa. El viejo señor Cohen lo sigue, y al entrar le complace ver por un rato que todo está en su lugar. Pide al ayudante que espere afuera. Jeremías, su hermoso collie, que siempre le ladraba a modo de saludo mientras batía el rabo, no sale esta vez a su encuentro. El silencio inquietante de la mansión lo acongoja. Se pasa el pañuelo de seda por la frente sudorosa. Va al salón y se detiene ante el piano. Su hija, muerta hace tiempo, ya no lo tocará más. Entra a su estudio y se sienta en la hermosa silla de cuero, frente al escritorio de caoba. Pasa un dedo sobre la brillante superficie y nota que no hay rastro de polvo sobre el mueble. Los de la compañía de limpieza habían hecho una labor excelente. Y ahí, al lado del teléfono, sobre la reluciente superficie, está su antigua libreta personal que lo había estado esperando pacientemente todos esos años. La toma con reverencia infinita. Está tan vieja que teme que se deshoje. Abre en la "C" y ve escrito con su letra: Cano, Felipe. Marca el número que aparece enfrente, indeciso. Una vocecilla metálica le dice que el número no existe. El sabe que ni siquiera su amado Felipe existe ya. El viejo señor Cohen llora. ¿A qué ha vuelto? ¿Para qué lo han resucitado? ¿Valdrá la pena la vida sin encontrarse todas las tardes con los niños de la escuela cercana a los que ponía dulces en sus manos impacientes? ¿Valdrá la pena despertar de la siesta sin oír los trabalenguas inteligibles de Santias? ¿Valdrá la pena llegar a casa sin ver la cara tonta que Jeremías ponía al saludarlo, no escuchar más la música del piano ni oler el fresco aroma de su hija, abrazándolo? ¿Valdrá la pena vivir sin escuchar del otro lado del teléfono la voz serena de su Felipe? Para estar sólo en la vida, para sentir que hasta la luz del sol es extraña, es mejor estar muerto. ¡Qué desperdicio haber pagado tanto dinero! Mejor se lo hubiera gastado en un viaje al Himalaya, como le sugirió su hija, ciento tres años antes, cuando pagó una cantidad inmensa para que lo congelaran el día que muriera.


E.D.R. ®

martes, octubre 17, 2006

Ladrón y bufón

Sigo insistiendo en este tema, pero es que me parece el colmo que el presidente de la Cámara, Honorable (?) Representante (¿de quién?) diga en todos los medios que él se opondrá con todas sus fuerzas al proyecto que ampara los derechos patrimoniales de personas del mismo sexo, porque dice él, antenta contra las buenas costumbres y la moral. ¿Cómo puede opinar de esa manera este señor que es hermano del destituido superintendente de Notariado y Registro? Sepan por si acaso, que el ilustre hermano del representante que ahora se rasga las vestiduras, estuvo pidiendo a todos los notarios bajo investigación del país un billetico a cambio de olvidar sus malas acciones. En su momento, fue un escándalo mayor, que provocó la ira de Uribe II y su fulminante destitución. Semejante delito sí que va en contra de la moral y las buenas costumbres y sobretodo, de la ley. Aquí en Locombia a nadie parece importarle semejante discrepancia, ni nadie le señala al Honorable su nula autoridad para hablar de moralidades y buenas costumbres, porque claro, a su hermanito sale a defenderlo a capa y espada.... Que asco. Además, estoy mamado de oir a los godos de este país hablado de "moral y buenas costumbres", siento que hay personas (y muchas) que siguen viviendo en el siglo XIX y nos quieren tener a todos viviendo con ellos.
!Pues que se jodan!

miércoles, octubre 11, 2006

Ya vamos llegando

Muy buenas noticias salieron anoche del Senado, la ley que defiende los derechos patrimoniales y de protección social para parejas del mismo sexo fue aprobada allí y ahora tendrá su viacrucis en la Cámara, donde se espera un complicado debate. Estamos cada vez más cerca de la meta.

No comentaré nada más hasta que la ley sea aprobada definitivamente. Por ahora, y dado que la política es una cuestión de apoyos, los invito a unirse a esta camapaña de la Fundación Colombia Diversa, que entre otras cosas, ha sido uno de los lobbistas más fuertes de nuestros intereses:

"AGRADECIMIENTO DE LA GENTE
Si desea incluir su nombre en un agradecimiento que enviaremos a los senadores que voten favorablemente al Proyecto de Ley de Parejas del Mismo Sexo, envíenos su nombre, ciudad y comentarios a info@colombiadiversa.org antes del viernes 14 de octubre con "agradecimiento" como asunto."

Feliz coincidencia, hoy es el día para salir del closet... ojalá cada vez más personas salgamos del closet de verdad, verdad !

jueves, octubre 05, 2006

Lento... ¿pero seguro?

Anoche casi se consigue… pero al final, con argucias, el proyecto de derechos a parejas homosexuales no fue aprobado en el Senado. Argucias, porque los que se oponen al proyecto en el Senado son minoría y viendo que la pelea estaba perdida, cobardes, abandonaron el capitolio para disolver el quórum. Conservadores, cristianos pero también uribistas, liberales y polistas, aunque los menos, se oponen al proyecto. Es increíble que entre los opositores abiertos al proyecto esté el cuestionado senador Dieb Maloof, expulsado de la U durante las elecciones pasadas por sus vínculos con los paramilitares (aunque en últimas se salió con la suya porque la bancada uribista aceptó sin chistar al partido por el que finalmente fue elegido al Congreso, Colombia Viva, lo que me parece un insulto al país). Tiene el atrevimiento Maloof de oponerse a la medida, argumentando que se ataca a la familia y la Constitución y que además, es una carga para el Estado ya que se tendrían que extender los beneficios de salud y pensión a una parte desprotegida de la población, hágame el favor, ¿acaso no es esa precisamente una obligación constitucional del Estado? Y en la sombra pero de cerca, en alianza cuestionable con las sectas cristianas, la Iglesia todopoderosa, influyendo nuevamente. Me imagino el número de excomulgados que quedarán si se llega a aprobar el proyecto. ¿Con qué autoridad moral viene la Iglesia a hablar de estos temas cuando en sus filas se esconden tantos crímenes sexuales, esos sí aberrantes y dañinos? En realidad, y por si no lo han notado, en debates anteriores al tema la Iglesia públicamente se oponía al proyecto, hacía mucho ruido y salía en todos los medios a exponer su punto de vista. Durante la última semana se tuvo que contentar con mover sus hilos desde atrás, ya que después del escándalo de la semana pasada con el cura Rozo, quedó impedida pública y políticamente, por ahora. En parte por eso el proyecto tiene ahora sus mayores posibilidades.

La cantaleta de que se afectaría a las familias colombianas ya no es defendible pues el proyecto es claro al respecto: solo se otorgarán derechos y reconocimientos civiles básicos, no se habla de matrimonio. Me saca de quicio cada vez que un godo-cristiano-homofóbico-obispo sale a decir que la Constitución dice que la familia está formada por mamá, papá, hijo e hija y que eso hay que protegerlo, cuando en este país hace rato que ese tipo de familias ya no son la norma.

Un grupo de gays estuvieron anoche en el capitolio acompañado el debate. Mis respetos a estos luchadores. Sin duda su presencia y el lobby que hayan hecho es un esfuerzo monumental que lamentablemente no todos sus “congéneres” agradecen o que no a todos les importa (lo que es aún más triste). Solamente cuando estos indieferentes se encuentren a sí mismos, viejos, viudos y expulsados a su suerte de la casa que construyeron con su pareja, por un cuñado homofóbico pero con escritura en mano, comprenderán que aquel proyecto del 2006 fue una pérdida monumental. O mejor, para ser optimistas, digamos lo contrario: que solamente cuando se encuentren viejos y viudos, pero bajo la seguridad de un techo y la completa posesión de los bienes construidos con su pareja, agradecerán que el cuñado homofóbico tenga que conformarse con morderse los codos de la envidia y entenderán que ese proyecto del 2006 fue lo mejor que le pudo pasar al colectivo gay del país.

El martes próximo se votará de nuevo el proyecto, y para que no se vuele nadie, el debate será televisado (solamente si saben que están siendo observados los congresistas actúan como debe ser, como los niños). Me pasaré pues por Señal Colombia y los invitó a todos a seguir el debate (yo sé que una sesión del Congreso es más aburrida que un leer un libro en latín, pero hombre, esto algo que nos afecta directamente, hagamos el esfuerzo). Y que no se cante victoria porque el debate en el Senado no será la última prueba. Queda la parte más complicada. Una vez aprobado allí, pasará a la Cámara y allí la cosa se pondrá difícil porque en el Senado hay muchas voces inteligentes y decididas, mientras que en la Cámara, por el origen regional de sus miembros, hay más dieb maloofs (léase amigos de los paras, enemigos declarados de los gays), congresistas más retardatarios, más godos y más brutos. Ya veremos.

Apunte final 1: Cada vez me parece que el partido Liberal, quien lo creyera, se parece más a un partido moderno y realmente “liberal”. Piedad Córdoba ha dado muestras de consistencia política admirables. Mejor dicho, creo que la U le hizo un gran favor al partido Liberal, porque finalmente, los politiqueros y caciques electoreros de siempre terminaron allá y miré y vea el caos en que anda el partido del gobierno.

Apunte final 2: no esconderé mi satisfacción cuando podamos relamernos de gusto con el proyecto aprobado ante gente que opina de esta forma (comentarios de un forista del eltiempo.com a la noticia del aplazamiento del debate de anoche, los errores de ortografía son del original): “Hay que condecorar a esos congresistas. No a la apologia de la mariquería. Ahora nos quieren meter a los maricas hasta en la sopa. Por ahi hay un blogsito donde se reunen varios maricas a sentar catedra sobre sus aberraciones. Pronto conoceran el nombre porque la pantallla que ponen es que son unos intelectuales serios discutiendo la problematica del pais. Solo se reunen alli para trazar sus estrategias para conquistar mas poder y desde alli poder legislar para su propio beneficio.”

Ciertamente el “blogsito” del que habla no es el mío.

martes, octubre 03, 2006

¿Un Tabú?

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lunes, septiembre 25, 2006

Andrea

Bueno niña, te casas entonces, qué le vamos a hacer, yo sabía que este día iba a llegar, no tan pronto, ni tan rápido, ni tan de repente… pues que seas feliz; alegría y felicidad es lo único que puedo desearte.

* * *

No recuerdo el día exacto, pero corría el año 92. Era de noche, las 7 acaso. Me asomé a la ventana y ahí estaba: mi vecina de enfrente, hablando con una amiga en la puerta de su casa. Mi vecina de enfrente, mi misteriosa y bella vecina de enfrente que casi nunca salía a la calle y a quién nunca en mi vida le había dirigido la palabra, aunque habíamos sido vecinos desde que nacimos. Mi vecina de enfrente, a quien a veces cuando se bajaba del bus del colegio seguía a poca distancia hasta casi poder tocar su pelo. Mi vecina, a quien siempre vi como una diosa lejana, inalcanzable, ajena a mí. Y sin embargo, esa noche del 92 me armé de valor, con el corazón a mil, crucé la calle y le dije “hola, siempre había querido conocerte”. Se quedó un rato sorprendida pero fue muy cordial y hablamos un rato. Y luego de eso, lo usual: “boy meets girl”, aunque yo nunca pensé que ella se iba a interesar en mí.

Por esos días, en la plenitud de mi adolescencia, yo era todo confusión. Mi esqueleto colgado en el closet siempre había estado ahí, por supuesto, aunque en esos años estaba en el lugar más remoto de todo el ropero (porque mi closet llegó a ser tan grande como el de Narnia). Sin embargo el tiempo que estuve con Andrea fue maravilloso: nos amamos, reímos, soñamos, lloramos (ella más que yo, perdóname otra vez) y fuimos felices… pero no comimos perdices. El amor eterno solo dura un tiempito.

Como es de esperar yo fui el culpable de todas nuestras desgracias. El esqueleto en el closet empezaba a salir de su rincón oscuro y olvidado y en el esfuerzo por salir de su encierro producía un desorden terrible, ruidos molestos, ideas fugaces que me confundían y me hacían sufrir montones. No podía soportarlo. La puntilla en la sien fue una frase de aquellas que luego retumban para siempre en la memoria. En una reunión con su familia, Andrea dijo “mi primo está como bueno” y yo dentro de mí y para mi propio asombro, asentí. A mi también me gustaba el primo, mierda, todo se había puteado. El esqueleto adentro ahora golpeaba con fuerza la puerta con sus manos huesudas y ruidosas; la puerta se desencajaba y las bisagras rechinaban. Había que dejarlo salir de allí o yo terminaría en el manicomio.

Y empecé a recorrer el largo camino que lleva de la liberación de ese esqueleto horrendo hasta el punto en que terminas por querer y apreciar a tu huesudo amigo. Pero esa es otra historia y hoy no vine a eso.

Durante mucho tiempo seguimos en contacto con Andrea, aunque yo nunca pude encontrar de nuevo a alguien como ella, con su don maravilloso de ver la vida desde ese ángulo poético y crítico, profundo y sereno, sin concesiones ni alardes, a veces duro y desesperado, siempre único y demoledor. Pasaron muchos años, diez al menos, para que le pudiera confesar “mi secreto”. Nuevamente lágrimas, nuevamente abrazos, pero me quité un peso de encima y ella me aceptó sin reservas.

* * *

Y ahora te casas. Pues que la vida sea para ti pura felicidad junto a él, afortunado él, cuanto lo envidio. Besos Andrea querida y recuerda en todo caso que siempre tendrás en mi corazón un lugar grande, bien grande. Y muchas gracias por:

1. Tu cartica escrita en rosado y doblada hasta formar un cuadrado que me diste en el colegio.
2. Los dibujos que hiciste de nosotros en esa carta.
3. Tus besos y caricias de esos años que hoy son un preciado recuerdo. Considérate la única mujer en mi vida.
4. Esa tarde en la cama de tu hermano.
5. Tu blusa blanca de 16 botones que yo desabrochaba en una hora.
6. Tus lágrimas de felicidad (y las mías subsiguientes) cuando nos dábamos cuenta de lo mucho que nos amábamos.
7. Esa noche de vino que terminó en el cuarto de san Alejo.
8. Tus abrazos de oso.
9. Tus conversaciones intensas, inteligentes y solemnes sobre política internacional, el hambre en Etiopia, los desplazados, el efecto invernadero, Luis Caballero y Los Simpson.
10. Haberme presentado a mis amigos Mercedes, Silvio y Pablo (aunque tu ahora reniegues de ellos).
11. Esperarme cuando me fui a prestar el servicio, aunque solo me haya ido por un día.
12. La tarde en el parque, echados en el pasto, soñando viajes que nunca hicimos.
13. Mostrarme la poesía de un charco.
14. … y la del viento frío.
15. Servir de musa para hacerme decir que “las cosas grandes son azules, nuestro amor es azul” sin que sonara cursi en su momento.
16. Nuestras escaladas al tanque de agua de mi casa para ver Monserrate cuando atardecía.
17. Hacerme sentir el tipo más guapo del barrio.
18. Leerme cuentos en el sofá de tu casa (hasta dormirme) en esas noches de desvelo, oyendo INXS, U2 ochentero y Tracy Chapman.
19. Convencerme de estudiar lo que estudié y no haber seguido así con lo de ser médico.
20. Los brownies con helado en la Pizza Nostra.
21. La tarjeta con el poema de Benedetti que me diste en Famas y Cronopios y que decía: “en la calle codo a codo somos mucho más que dos” (verso que dio origen a una famosa canción).
22. Recordar que Ética, Política, Economía y Estética son las cuatro patas de este mundo chueco y que eso lo aprendiste de mí.
23. Cuidarme esa noche en mi casa cuando estaba operado y aguantarte mi desvelo y mi sufrimiento por no saber nada de ya sabes quien.
24. Tus historias triviales que adquieren no sé qué belleza y poesía en tu boca.
25. Tu propia belleza mágica y clásica.
26. Enseñarme el jugo de arazá en Minimal.
27. Abrazarme cuando lloré recordando días difíciles y situaciones duras.
28. Saber que cuento contigo y que siempre estás ahí aunque no hablemos todos los días.
29. Tu invaluable amistad.
30. Aceptarme como soy y seguir queriéndome.

Y no sigo porque se llenaría el servidor de blogger.com

Si el esqueleto aquel no hubiera existido, tal vez sería yo quien ahora estuviera contigo el sábado en la iglesia, quien sabe, a lo mejor sí, a lo mejor no. Pero la vida no lo quiso así. Sin embargo, ahora tenemos una amistad grande, gigante, a prueba de todo. Te deseo felicidad en tu nueva vida, alegrías infinitas y amor duradero. Y dame muchos sobrinos. Les hablaré siempre de la madre maravillosa que tienen.

Con amor,

Yo

martes, septiembre 19, 2006

Gaylandia en Bogotá

Todos somos responsables: hemos creado un monstruo. Teatrón (yo lo escribo sin la hache intermedia) hace rato dejó de ser un simple sitio gay de la ciudad y se ha convertido en toda una institución, un centro comercial rosa y rumbero. No es nada rosado, aclaro, es bien oscuro allí adentro. Como dije en otro post, yo no soy fan de este lugar, pero tampoco se puede negar su importancia relativa, su inquietante "majestá" y por lo tanto, no puedo evitar dejar de pensar todo lo que escribo a continuación...
Si no lo sabes, Teatrón es en realidad la suma de:
* Lottus: solo para hombres, con strippers, laberinto erótico, terraza con pasarela, mesas de billar que ya no alquilan porque se “perdieron” varias bolas - boludos los que las “perdieron”- entre otras curiosidades.
* Chill Out: música electrónica para calmar los ánimos y para aquellos que lo necesiten, adecuado para bajar la borrachera o la trabada, que hay que decirlo, por allá abundan.
* Teatrino: hombres sin camisa y con gafas de sol que bailan al ritmo de la música electrónica, "all nite long". Generalemnte la música es buenísima aunque hay que ir preparado porque el ambiente aquí puede ser muy pesado para corazones sensibles como el mío (a ver quién me cree eso).
* Teatrón: la joya de la corona, crossover para todos los gustos, escenario por derecho propio de Gayshira –que es igualita a la de verdad, qué impresión- y de espectáculos-parodia como “Gaytanic”. Ultimamente va mucho straight dizque de “mente abierta”, vaya usted y pregúnteles a ver que piensan. Ambiente familiar, buses a todos los barrios!
* Y por último, Lux: la verdad no tengo ni idea como será porque no he ido ni nadie me ha sabido explicar, pero leí que se trata de un sitio alternativo-funk-gay, lo que sea que signifique eso.

También leí en entrevista de Plan B con el ya mítico dueño de este chuzo, Edison, que abrirá próximamente un nuevo local en el complejo, esta vez un sauna sofocante para los que quieran diversión extrema (sépase que el cuarto oscuro de Lottus fue clausurado por “hechos escandalosos”, según dijo el mismo Edison, pero frescos señores libidinosos, porque al sauna si podrán llegar en bola de una buena vez y luego podrán bajar al Teatrino “después de”, con la toallita en la cintura y seguir así la rumba con el mancebo). De una vez aclaro que por allá no iré, a mi el cuento de los saunas me parece jartísimo y hasta medio ñuco. En fin, ya se sabe que entre gustos... Siguiendo con el listado de atracciones de Teatrón, no podemos dejar de mencionar, por supuesto, el sinnúmero de moteles que rodean el lugar (pero que no hacen parte de Teatrón, que se sepa), ninguno de ellos recomendable, pero que en medio de la arrechera de la madrugada, son el sitio ideal. Los dueños de estos chuzos húmedos y viscosos deben estar felices con sus inesperados clientes, porque antes de que abrieran la disco, esa calle era un moridero, medio lúgubre y escondida y ahora tiene vida propia debido a su exótico vecino. La 58 con 13 está de moda, y no solo entre los gays, no señor, el sitio es conocido en toda la ciudad, y hasta Julito y su amigo Alberto hablan de él con naturalidad y confianza en su afamado programa de radio en La W, ¡como hemos avanzado! Ahora las mamás saben donde encontrar a sus retoñitos rosados y arcoíricos cuando se les pierdan los sábados por la noche. Eso es lo que llaman “visibilidad social”. Gracias Julito por hablar de nosotros y por allá te espero en Teatrón para darte un pico, porque a mi tu voz me encanta, que rico levantarse oyendo tu voz, así estés comentado esas cosas jartas que pasan en Locombia, como el cuento del vidente del fiscal o los líos con los Paras o el despelote del aborto... te lo perdono, un día de estos te llamo para participar en tu programa, si prometes no colgarme y dejarme decir completito la tontería que vaya a decir…

Sigamos con el tema de este post, porque como ven, ya me estaba perdiendo en otros asuntos. Ah bueno, si hablaba yo de Teatrón... quería mencionar que en la edición de este mes de la revista Soho, donde constantemente y con cierta morbosidad hacen alusión a los temas gay (casi siempre no pasan de lo anecdótico y el cliché), se cuenta la aventura de un periodista de la revista que se fue “de rumba con un gay”, que es además el original título del artículo. El tipo con el que se fue de rumba (que, a propósito, está bien bueno), dice algo así como que Teatrón es el purgatorio, Chill-out es el cielo y Teatrino es el infierno. Yo estoy de acuerdo con la sumaria definición. Sin embargo, no nos dice nada de Lottus (supongo que podríamos decir que es el paraíso o el mundo-mundano), y al menos para mí, Lottus es el mejor de todos los ambientes. Lo siento por mis amigas mujeres (la redundacia es necesaria) a las que no las dejan entrar allá… Para empezar el sitio está muy bien montado y si se compara con lugares de otras ciudades (y no hablo solo de Colombia), nada tiene que envidiar, este sitio es bomba. Será tan bueno que por ahí vi en nuestra linda TV nacional que grabaron allí una propaganda de, triste y perfecta ironía: ¡toallas higiénicas! En fin, Lottus está muy bien. Lástima que el techo sea tan bajo porque el cigarrillo se encierra y uno sale oliendo a Piel Roja a la enésima potencia, que ni en bar madrileño. Y el "casting" a veces aguanta y aguanta mucho!

Me acuerdo que alguna vez de niño fui a una matinée a Teatrón, cuando era, claro, el teatro Metro Riviera. Seguramente mis padres y mis abuelos fueron mucho por allá, ¿qué dirían ahora si vieran en lo que se ha convertido? En todo caso, como me dijo alguien, que bueno que ahora sea Teatrón y no un templo de esos de la Oración Fuerte al Espíritu Santo que tanto abundan en los antiguos teatros de la ciudad. Los cristianos oracion-fuertístas, espiritu-santistas o como se llamen, deben envidiar las multitudes que se ven por Teatrón los fines de semana, digo yo. Mejor dicho: gays 1, cristianos 0, ja !

Y sin embargo, no toda la rumba de la ciudad se limita a la 58 con 13, aunque no sé como persistirán por más tiempo otros lugares de la ciudad como El Closet, Blues o Cavú, que por el bien de la variedad y la diversidad, esperemos que continúen. Ah! Por lo pronto ahora tenemos una opción dominguera: el Sungay de Cha-Cha, que debe ser la mejor forma de terminar un fin de semana. Voy a ver cuando me paso por allá, porque Cha-cha, en el piso 43 de un edificio del centro, me parece, como no, de “mucha altura” (el día de la marcha del Orgullo Gay luego de la ida a la Plaza de Bolívar terminamos allá encaramados y la pasamos super). Y también se les tiene, por supuesto, los cientos de chuzos (para todos los gustos y presupuestos) que hay por toda la ciudad. En una de esas guías de bolsillo salen un montón y me temo que no salen ni la mitad.
A mis amigos de otras ciudades del país o de ciudades del extranjero, si vienen a Bogotá, no pueden dejar de pasarse un sábado (no otro día) por Teatrón… Y a los locales, pues que ¡viva Teatrón!, pero solo de vez en cuando, tampoco se trata de ir cada fin de semana, ni cada mes… al respecto mi abuela, siempre sabia, bien decía: “una vez al año, no hace daño”.


lunes, septiembre 18, 2006

Martinis frustados, despedida de soltera e historias no iniciadas con Bs.As.

El sábado, día del Amor y la Amistad (que se gana de lejos el título a "Día mas culo del año”), coincidió con la despedida de soltera de Andrea. Ella tampoco celebra esa fecha artificial así que nos fuimos de rumba. Varias reflexiones me quedan de esa noche:

1. Los colombianos somos incumplidos. Una cita a las 9:00 PM sólo significa algo: nadie llegará a esa hora (y antes ni lo pienses, es más probable que Brad Pitt me invite a salir). Si la cita es en la calle, el cumplimiento aumenta y seguramente la cita podrá empezar a la hora fijada. Pero si invitas a alguien a tu casa, olvídate, nadie llegará a la hora acordada. El sábado pensaba que antes de salir de parranda beberíamos unos martinis en mi casa y cité a todos por SMS a las 9:00PM. La única que llegó puntual fue Andrea, la homenajeada. A las 11:00 llegó el último…. ¡2 horas después! Consecuencias: no hubo tiempo para la bebida a priori y llegamos muy “sobrios” a Teatrón, lo cual definitivamente no es recomendable. Yo me pregunto: ¿por qué si te citan a una hora determinada uno se hace el loco?
2. Teatrón es un lugar perfecto para celebrar una despedida de soltera (si la soltera tiene muchos amigos gay) y hay varias razones: el novio está feliz y se queda tranquilo en su casa porque sabe (o piensa, mejor dicho) que su amada no corre peligro alguno; la novia solo quiere ir a divertirse, bailar y beber completamente desinhibida (como se sabe todas las viejas andan en el mismo cuento cuando van por allá, felices de poder ser ellas mismas sin hombres que las intimiden, o al menos eso es lo que nos dicen); los amigos gay están en su medio ambiente natural y pueden divertir a la novia con baile u ocurrencias, o hacer levante con el mancito coqueto que los mira; en fin; ¡todo el mundo tan contento!
3. Yo definitivamente voy a tener una crisis nerviosa el día de la boda de mi amiga. Bueno, es que no es una amiga cualquiera. ¡Es Andrea, mi Andrea! Mi primer amor, una de las personas a las que yo más quiero en esta vida y la otra. Ay, yo sabía que esto iba a pasar… pero definitivamente no estoy listo. Ya escribiré un poco más sobre el tema luego, cuando pueda.
4. Dios Mio, ¿qué hemos hecho? ¡Teatrón se ha convertido en un monstruo! Bogotá nunca volverá a ser la misma y este lugar, con el tiempo, se convertirá en un mito, si es que ya no lo es… será algo así como nuestro Studio 54. Más referencias sobre este “club” en otro post. Aclaro de una vez: para mi el famoso Teatrón no es completamente santo de mi devoción, pero no puedo negar que tiene su oscuro encanto.
5. Si en medio de la rumba un argentino muy lindo y muy bueno te acorrala contra una pared, te dice cosas divinas y te pregunta “¿querés pasar la noche conmigo?” y tu le respondes “no”, pensando que estás con tus amigos y que no puedes dejarlos solos, ¿qué pensarías de ti mismo? Respuesta: ¡¡ya se porque sigues soltero!!

lunes, septiembre 11, 2006

9/11

Vista de la Zona Cero, ahora en construccíón, cinco años después de aquel día

El 11 de septiembre del 2001 vivía yo en Medellín e iba camino a mi oficina cuando oí la noticia en la radio del carro. Juan Gossaín informaba que había ocurrido un accidente en las Torres Gemelas. En principio, se pensaba que una pequeña avioneta se había estrellado contra una de las torres. Nadie podría creer que se tratara de un avión comercial lleno de pasajeros. Tampoco yo. Pilar Castaño, enviada a New York por RCN para cubrir un evento de modas pasó al aire y confirmaba que, efectivamente, un avión pequeño se había chocado y que había fuego en la Torre Sur. Y luego lo inimaginable: esta vez a vista de todo el mundo (todos los turistas y medios de comunicación estaban enfocando sus cámaras hacia el WTC) un avión comercial impactó la Torre Norte. La perplejidad y confusión eran tan evidentes, que Pilar Castaño insistía en que no había un segundo choque y que solo una torre estaba impactada. Pronto la locutora fue relevada por la voz en directo de la CNN Radio (imagino que esto fue el final de la carrera radial de Castaño y decidió que lo suyo definitivamente no eran las noticias sino las pasarelas). Yo no podía creerlo aún y llegué a la oficina directamente a ver en Internet que ocurría. Las fotos eran impactantes y temblé viendo las imágenes. Casualmente por esos días estaba lleno de trabajo y tuve que concentrarme en mis cosas. Pero al pasar junto a la pantalla de un colega vi el que debe ser el titular más tenebroso que he visto en eltiempo.com: la torre norte había colapsado. Corrí a mi puesto pero el colapso se había extendido hasta Internet y las noticias llegaban lentamente. Me fui a mi carro a oír las noticias en la radio. Todo era desconcierto entre los locutores. Se trataba sin duda de un ataque terrorista. “Bienvenido el siglo XXI”, pensé. Se había acabado oficialmente ese pequeño hueco en la historia donde pocas cosas habían tenido dimensiones globales. “Las vacaciones de la historia” ha sido llamado ese período entre la caída del muro de Berlín y el 9/11. Desde muchos puntos de vista se puede hablar de unos “felices años noventa”. Mi hermano me dijo esta frase: “Lo peor de todo fue ver en los noticieros a esa gente saltando desde lo alto. La única vez que subí a la terraza de la torre me sentí tan asustado por la altura que yo no hubiera sido capaz de saltar aunque el fuego estuviera detrás de mí. Realmente debió ser horrible”. Yo quisiera decir lo contrario, pero todavía vendrán muchos 9/11. No es invadiendo países y matando inocentes como vamos a cambiar el nuevo y oscuro rumbo que ha tomado la Historia.

jueves, agosto 31, 2006

To Abort or Not to Abort

El cardenal López Trujillo se ha despachado contra los médicos que le practicaron el aborto a la niña de 11 años violada por su padrastro y los ha excomulgado (a este paso no quedará ni un solo católico progresista y terminará por crearse un nuevo cisma en el catolicismo). Se quiere obligar a que esta pequeña niña siga con su embarazo aún si su inmaduro cuerpo no puede soportarlo, luego darlo en adopción y volver a su vida “normal”, como si nada hubiera pasado. La niña, se supone, volverá como si nada a sus juguetes. Es obvio que la niña no puede elegir por sí misma si tener el bebé o no (a diferencia de una joven más adulta, de digamos 15 o 16). El resto de su familia (de la cual obviamente excluimos al monstruo causante de todo esto, el infame padrastro violador) deberá elegir por ella. Y de que se pueda hacer una elección en casos como este es de lo que se trata el nuevo orden de las cosas: quien quiera elegir seguir adelante, que siga. Quien quiera detener un nacimiento como éste, que lo haga. No se obliga a nada (ni a seguir con un embarazo malogrado ni a abortar si va en contra de los principios de la persona). La ley indica ahora que las mujeres y sus familias (pero en especial las primeras) pueden decidir si quieren traer al mundo a un ser deforme o mortalmente enfermo, o a un ser producto de una violación, o dar a luz aún a costa de su propia vida. Tomar esa decisión es un asunto completamente personal porque es el cuerpo de la mujer el que le dará alimento y es su vida, su salud física y emocional las que se ponen en juego, no la de los fariseos moralistas que se escandalizan. La Iglesia se opone a ese libre albedrío, porque la Iglesia odia que las personas tomen decisiones según sus propias conciencias, aunque estas sean tomadas de acuerdo a la ley, a la justicia y la libertad que todos tenemos para ser personas felices. Para la Iglesia solo la moral (concepto totalmente equívoco y relativo) debe guiar estos actos, y esa moral, claro está, la dictan los jerarcas del Vaticano, para quienes este mundo es un lugar horrible y pecaminoso (mundano, mejor dicho) y por lo tanto no es un lugar para disfrutar y ser felices. La niña no puede volver a ser una niña y debe convertirse en madre prematura solo porque “así lo quiso Dios” y “nadie puede oponerse a Su Voluntad”. Dudo que Dios, si es que de verdad le importan estos asuntos, se oponga a que el crimen de un demente se materialice.